lunes, 14 de abril de 2014

Ateísmo popular

Detengo bruscamente mi coche ante la inesperada comitiva de jóvenes que cruza la avenida. Portan entre bromas y risas unas andas desprovistas de imagen. Mientras les miro alejarse, anoto en mi pecaminosa conciencia el siguiente mandato: no volverme jamás ateo del todo para no acabar perteneciendo a cofradía alguna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario